«Toques» de la Palabra
«Todo ser viviente que se agita, allí donde desemboque la corriente, tendrá vida…» (Ez. 47, 9a)
Cuaresma.
Re-nacidos del agua y del Espíritu. El Señor prometió colocar en nuestro interior un manantial de agua viva, una fuente de vida que salta hasta la vida definitiva. Avivar la conciencia de las oportunidades que tenemos a lo largo de nuestra biografía para nacer y renacer, del agua y del Espíritu, para «nacer de nuevo».
Cuaresma.
Hay esperanza. En la corriente del Evangelio hemos de sumergirnos. Es corriente de vida y salud. Es corriente de renovación y purificación. Hay corrientes sociales que llevan al hastío. Alerta ante los espejismos del consumo, del bienestar, del individualismo… pueden llegar a agostar la capacidad de «nacer de nuevo». Súmate a las corrientes de vida: de la solidaridad, de la inclusión, del respeto a la casa común, de la re-dignificación de todas las víctimas.
Plegaria
Señor y Buen Dios:
que has saciado nuestra sed de vida
con las aguas vivas del bautismo.
Sigue transformando
en un paraíso de paz y alegría
el desierto de nuestras vidas áridas,
para que demos frutos de comunión,
justicia y solidaridad
y probado amor
a los más pobres y necesitados.
