Como un fantasma y después de tanto sobresalto político, se nos ha colado en nuestro adelgazado y debilitado pueblo una epidemia de meningitis purulenta
Al fin, llegas y descubres el paraíso alejado que estos nativos escogieron para esconder su vivir de otros ojos que buscan nada más y sólo sensaciones o aventura.
Porque hay momentos... momentos en los que minutos escasos de un único día se hacen como siglos; y vives tanto en tan poco tiempo, que envejeces sin quererlo.
Soy admirador sin voz de esa expresión de vida humana que ellos encarnan, tan distinta a la civilización urbana que “domestica” costumbres y “materializa” almas.
Hay escasez. Y vivimos este riesgo cada día. Y el pueblo comienza a estar inquieto. E insoportables explotadores que aprovechan estas situaciones para acaparar, monopolizar y encarecer. Gentes debilitadas por tanta lucha y tanto esfuerzo, que ya no pueden