Seguimos en el viaje de la Cuaresma que inauguramos el Miércoles de Ceniza. Estamos viviendo una Cuaresma centrada en torno al misterio de nuestra vocación. Hoy el Señor nos invita a dejarnos deslumbrar por su destello transfigurado.
La Cuaresma, con su densidad litúrgica, nos invita en en este año vocacional a proyectar una luz de esperanza acerca del presente y del futuro de la evangelización.
El Espíritu mismo, además, lejos de separar de la historia de los hombres las personas que el Padre ha llamado, las pone al servicio de los hermanos según las modalidades propias de su estado de vida