A muchas personas se les ha endurecido tanto el corazón que casi han perdido la sensibilidad para obrar el bien y no tienen fuerzas para emprender un camino de vuelta a la verdadera libertad, al amor primero.
No todos tienen el privilegio de poder trabajar. Muchos lo hacen en condiciones injustas y deprimentes. El número de hombres y mujeres en desempleo es muy elevado.
Son muchos los que sin ninguna ubicación recorren las calles y las avenidas acostumbrándose a desplazarse de un lugar a otro, consumiendo alucinógenos, desprendiendo malos olores, con reacciones agresivas, a veces con temperamentos violentos; otros más pa
Enfermar es peligroso y poder salir de una enfermedad es un lujo que no todos pueden alcanzar. Estos serán algunos de los calvarios que iré desgranando de una manera generalizada.