Desde que el Concilio Vaticano II enumeró los ám¬bitos de nuestra educación cristiana, -coinciden con los ámbitos de nuestra salvación-, la manera de en¬tender y conducir la pedagogía hacia la interioridad, ha de cambiar.
Hay que liberarse del sentido del tiempo, más bien de la sensación del tiempo y de la prisa, que lo acelera o lo retrasa. Y todo con un propósito más allá de una mera elaboración psicológica. Lo queremos hacer para estar con Dios, sin prisa y sin angustia.
Muchos pseudos-aspirantes únicamente parecen felices, no cuando están bien, sino cuando no advierten lo mal que están. Comentando al escritor Katka, un crítico literario afirmaba que Katka hablaba con la locura.
Cuando alguien, decidido a recorrer el 'camino' de la interioridad, pregunta: ¿Qué tengo que hacer?, seguramente no espera algo tan desconcertante como: 'Siéntate y no hagas nada '.
Hay que recuperar al hombre y ayudarle a entrar en ese no tiempo del que habla Juan de la Cruz. Es el lugar de aprendizaje más definitivo. No aprendemos cuando acumulamos saberes -lo que requiere tiempo-; aprende cuando olvida lo que sabe...
Cuento, filosofía, teología se entrelazan para trazar el mapa de nuestra nostalgia: ir más allá del espejo, ir más allá de las palabras, ir más allá de sí mismo ... y hasta más allá del tiempo. ¡Requiere explicación!
Una forma de espacio, aunque elemental, puede ser la llamada relajación, hoy tan trivializada. Asumida desde la fe, es descanso, y un relativo espacio abierto al amor de Dios; un espacio en la propia corporalidad
'Desde mi ventana', aunque real y cierta, en este caso es una metáfora útil, que me permito. Por ella miro la noche, los campos, la calle, los cambios del tiempo, toda la meteorología; la abro o la cierro; juego con ella.
A veces, el orante necesita 'hablar', dialogar, desahogarse. Dejar que el corazón se le derrame ante Dios (Lm 2,19; Sal 60,9; 1S 1,15; Éx 33,11). Háblele con franqueza, con sencillez, sin artificio; o rece algo que le guste; o recite un salmo; o exprese los afectos que surjan de su corazón.