Su nuera le había dicho que la operación de cataratas entraba en la Seguridad Social, pero, la verdad, no tenía muchas ganas de volver a la clínica. Además, no era un asunto de vida o muerte...
Cada vez que iba a renovar el documento de identidad se repetía la misma broma: «Con esa barba y ese nombre parece usted un profeta». A Isaías estas asociaciones le traían al fresco...
Desde que salí de Nazaret ha pasado casi medio año. Sé que estáis preocupados por mí. Me encuentro bien, aunque no me he casado ni me he comprado una casa...
Este texto está tomado de la obra de Enzo BIANCHI, Prier la Parole (Abadía de Bellefontaine, 1978[?]), págs. 77-90. Ha sido traducido del francés por el P. Pablo Largo, cmf.