Al comenzar un nuevo día, antes de poner pie en tierra, podemos caer en la tentación de quedarnos viendo los toros desde la barrera. Sin embargo, siempre hay motivos para no renunciar a aprovechar cada instante.
Veo que no estáis acostumbrados como yo a vivir la fe en la intemperie, en minoría, sin presupuestos, teniendo que dar cada día razón de vuestra esperanza...
Y Dios nos dio un ombligo a cada uno. Pero... a veces se nos vuelve demasiado importante, y Dios se sorprende y nos avisa... de la importancia que tiene.